martes, 7 de septiembre de 2010

PA' I JULIO REKOVÉ "Sacerdote Paraguayo de vida y apostolado ejemplar"


"Un anuncio gozoso para el Paraguay"

Mons. Pastor Cuquejo, Arzobispo de Asunción y Presidente de la CEP, envió una carta a monseñor Celso Yegros Estigarribia que anuncia:
                                                                                        "...le comunicamos que durante la 187a. Asamblea Plenaria Ordinaria de la CEP, reunida del 10 al 12 de marzo pasado, en su Cuarta Sesión, los señores Obispos del Paraguay expresaron, por unanimidad, su parecer favorable para la iniciación canónica del proceso de beatificación del Pbro. Julio César Duarte Ortellado"

Camino hacia la santidad

El Paraguay hasta el momento cuenta con un sólo santo, San Roque González de Santa Cruz, pero sin embargo existen cuatro candidatos para llegar a los altares de la santidad, de los cuales el tercero es el "Padre Julio Duarte Ortellado", quienes lo conocieron aseguran que su vida fue la de un verdadero santo. Sus obras y escritos ya están siendo estudiados por un Trubunal Eclesial del Paraguay. Para la causa, ya fueron publicados dos libros sobre el padre Julio; PRESBITERO JULIO CÉSAR DUARTE ORTELLADO - Sacerdote Secular Paraguayo de Vida Ejemplar y II Parte: Cartas y Otros Escritos; escritos recopilados por el padre Carlos Heyn, Sacerdote Saleciano, Dr. en Derecho Canónico y miembro de la Académia de Historia.

El padre Carlos Heyn, explicó que la preparación para la santificación de una persona se inicia en la diócesis y luego la causa se pasa a Roma.

Primer paso es hacer conocer todo el trabajo realizado por el candidato al altar, para luego ser declarado Siervo de Dios, hacerle una oración y comenzar con los rezos para pedir la mediación y así conseguir los milagos que son presentados en la causa.

"Siervo de Dios" es cundo la persona la persona se prepara para ser beatificada, que significa seguridad de que goza de la gloria de Dios. Luego se averigua si practicó las virtudes y se inicia el proceso de juntar los testimonios.


Para la beatificación son indispensables los milagros que deben ser reconocidos por científicos que no sean conocidos por el candidato.

El acto precede un verdadero proceso judicial de los más rigurosos que existen en el mundo. El procedimiento consta de varios pasos, que se realizan tanto a nivel local como en el vaticano y cuya realización puede durar décadas; con el paso de los años, hasta llegar a la declaración de canonización, pueden haber intervenido decenas de jueces y oficiales especializados de la Santa Sede que examinan con detalle todos y cada uno de los pasos que se han dado.

La causa de beatificación es impulsada por la diócesis de Carapeguá y Villarrica, devido a que el padre Julio Duarte nació en Caazapá.

Breve Biografía del Padre Julio César Duarte Ortellado

Julio César Duarte Ortellado nacio el 12 de abril de 1906 en la ciudad de Caazapá, en el departamento del mismo nombre, a las tres de la tarde de un Jueves Santo. Miembro de una familia rica en bienes materiales, pero más aun en fé, laboriosidad y caridad cristiana. Sus padres fueron don Simón Duarte Jiménez y donña Juana Bautista Ortellado Espínola, su hermano Pedro Duarte Ortellado, quien fue un médico brillante y el primer ministros de Salud del Paraguay.

Su infancia y la escuela

Desde los primeros años se reveló en el pequeño Julio la sencillez de carácter que no lo abandonaría enb toda su vida, pacífico, equilibrado y serio. Ejercía una influencia positiva entre sus amigos y compañeros. Asiduamente acudía a misa y actuava de ayudante en todas las ceremonias litúrgicas como el infaltable monaguillo; le gustaba rezar y cantar a Dios. Estas actitudes extrañas en un niña de tan tierna edad, revelaban su vocación. A los siete años, Julio ingreso en la escuela de su ciudad, allí aprendio las primeras letras.

Un sueño de infancia

"Recuerdo cuando yo era chiquito y me ponía el sobretodo viejo de papá para celebrar la misa y confesar", escribió unos momentos antes de su primer oficio religioso. "¡Qué cosa, mi Dios! ¡Todo ha sido verdad, realidad y belleza!", "¡Demos gracias a Dios que me ha hecho llegar hasta este día! he aquí el objeto y la razón de ser de mi vida toda. He nacido para este día; para este día he crecido; mis padres me han preparado para este día; he pedido a Dios que me conceda vivir hasta este día. ¡Oh día muy amado! Te saludo con el alma del más puro regocijo". Así saludaba, exultante, Julio César Duarte Ortellado al día en que recibió su ordenación sacerdotal.

Se caracterizaba por su austeridad, sencillez en el vestir y en su frugal comer. Quines lo conocieron cuentan que dormía sobre tablas en el piso y que se pasaba largas horas delante del Santísimo.

Seminario de Asunción

Ingresó en el Seminario de Asunción, a invitación del padre Díaz en el año escolar de 1921 a los catorce años y medio; a nadie sorprendió la noticia, pues desde pequeño, Julio César había demostrado tal entusiasmo hacia la carrera religiosa y habiendo tenido una conducta que, innegablemente, debía desembocar en una vida religiosa. Estuvo en el Seminario durante seis años, en éste estudio cuatro años de Humanidades y dos años de Filosofía. Según sus maestros y compañeros de Seminario, Julio César era  habitualmente retraído y concentrado, un tanto singular y raro. En los tiempos de descanso buscaba un lugar aislado para estar solo, no por egoísta, sino porque su carácter era silencioso y poco comunicativo; su trato era siempre agradable, educado, tenía buen humor y una tremenda serenidad.

Viaje a Europa y regreso

Llega a Roma el 8 de diciembre de 1926  e ingresa en el Pontificio Colegio Pío Latinoamericano. Luego de tres años de estudio, a principios de 1927 recibe las Ordenes Menores. El 27 de octubre de 1929 recibe la Ordenación Sacerdotal y al día  siguiente celebra su Primera Misa sobre la tumba de San Pedro, en la Basílica dedicada al Primer Papa en el Vaticano.
Antes de su vuelta realizó el acto de bendición de la naves "Humaitá" y "Paraguay", y fue su designación como capellán de ambas embarcaciones, que llegaron a Asunción en un apoteósico recibimiento, el 8 de mayo de 1931; se dirigió a Caazapá, su ciudad natal, para celebrar su Primera Misa el 10 de mayo del mismo año.

Cargos pastorales

Vicario Cooperador de la parroquia de la Encarnación de Asunción; 9 de julio de 1931.

Teniente Cura de la Catedral de Asunción y Capellán de la Casa del Buen Pastor; 1931.

Teniente Cura de Caazapá y sus Excusadurías; 2 de enero de 1932.

Cura Párroco de Ybycuí y Excusador de Quyquyho y Mbuyapey; 21 de enero de 1932.

Capellán del Ejército Nacional; 29 de junio de 1933, en octubre es repuesto en su cargo anterior.

Cura Párroco de la Catedral de Villarrica, 1940, pero al poco tiempo nuevamente vuelve a Ybycui, Quyquyho y Mbuyapey.

En estas comunidades, el Padre Julio César Duarte Ortellado tuvo una febril actuación dejando imborrables recuerdos en sus habitantes, que hasta hoy "disfrutan" de los empeños y afanes del pa'í Julio.

Obras

Dirigió la construcción del hospital de Ybycuí, de la casa parroquial, el "Hogar San José", un asilo de niños huérfanos y abandonados.

La construcción del actual templo de Ybycuí, la refacción y reconstrucción de las iglesias parroquiales de Quyquyhó y Mbuyapey, construcción de capillas en parajes como Cordillerita, Pereira-cué, Pasó Paré, Palacio-cué, Isla Pa'û, Isla Alta, Roaruguá, entre otras.

Gestionó la venida de las hermanas de la Congregación "Hijas de la Misericordio de la tercera Orden de San Francisco".

Fue presidente de la Comisión de Fomento y Trabajo en Ybycuí (cargo sin sueldo alguno), a través de la cual se construyeron caminos, puentes, terraplenes, alcantarillas.

Enfermedad y muerte

Se sabe con certeza que la enfermedad que lo llevó a la merte al Pa'í Julio fue el tifus, afección terrible, adquirida posiblemente por contagio al visitar a un soldado recien llegado de Asunción y atacado poe el terrible mal. Despúes de su recaída, el día 3 de julio aparecieron los síntomas más agudos y en la madrugadadel 4 de julio de 1943 murió, luego de una corta, pero grave dolencia. Tenía 37 años, su muerte fue serena y santa, como su vida.

En cierta ocación, cuando llevó la extremaunción a una anciana que tenía terror a la muerte, el padre Julio le dijo que no la temiera, que él en tres años más se moriría. Algún tiempo después, hizo un nuevo anuncio: que tal fecha, tal día y a tal hora, él se moriría.
Y, exactamente, como le dijo a la ancianita, tres años después, Julio César Duarte Ortellado cerró definitivamente sus ojos, la misma fecha, el mismo día y la misma hora que había predicho.

Una triste partida

La consternación colectiva fue impresionante. todos recordaban al sacerdote de imponente figura, animoso compañero de sus feligreses, animador de obras de bien público. De repente, partío definitivamente, dejando un vacío enorme, que ni las lágrimas ni la congoja de toda la feligresía a la que sirvió pudieron llenar.
Luego del embalsamamiento, una dolorosa caravana acompañó los restos del padre Julio César Duarte Ortellado hasta su ciudad natal. Esa caravana estuvo compuesta de mas de 30 carretas, tiradas por bueyes de color negro.
La dolida caravana pasó por Mbuyapey, donde se sucederon muestras de dolor y de allí a Caazapá, donde llegó luego de una azarosa travesía, los restos del pastor fueron depositados en el campo santo local.

Dos décadas después de su muerte, los ybycuienses gestionaron y consiguieron el retorno de su querido sacerdote, vino a Caazapá una delegación de mas de cien personas de Ybycuí par llevar los restos del padre Julio; lo hicieron en peregrinación, como muestra de cariño y el aprecio que le profesaban.

Desde entonces, los restos de padre Julio se encuentran en el templo parroquial de Ybycuí. Allí recibe la veneración de todos y desde allí se proyecta el clamor de la comunidad para que muy pronto la iglesia le conceda el honor de los altares.

Invitación

Todos los segundos jueves del mes, se oficia una Misa en el Santuario Nacional del Perpétuo Socorro, a las 19:15 hs. El Santuario está en la dirección: Haedo e/ Chile y Ntra. Sra. de la Asunción.

Tu colaboración en la causa de la Beatificación

La Hermandad solicita al colaboración de todos para acelerar la causa de la beatificación y canonización del padre Julio César Duarte Ortellado. Todos los que conozcan anécdotas, favores consedidos, testimonios, por favor, comuníquese con los miembros de la Hermandad:

- P. Carlos Heyn SDB  -  Teléf.: (021) 490675
                                        Cel.: (0971) 750771

- P. Osmar López  -  Teléf.: (0532) 212241 (Catedral de Carapeguá)
                                  Cel.: (0982) 828449

- Dra. Tilda Paredes Duarte  -  Teléf.: (021) 295856

- Sr. Santiago Caballero  -  Teléf.: (021) 4145363
                                             Cel.: (0971) 336008
                                             Cel.: (0984) 443447

- Sr. Rubén Ozuna Duarte  -  Teléf.: (021) 920165
                                               Cel.: (0981) 882966

- Sra. Vielva Noguera  -  Teléf.: (061) 576613 (Ciudad del Este)

Para facilitar las donaciones, hemos habilitado una Caja de Ahorros en el Banco Familiar, cuenta Nº 22 00 555 421.
Tu aporte generoso ayudará a pagar las impresiones de los boletines, de las estampas, ediciones de libros y muchos otros gastos.

Se cuenta que una vez el pa'í Julio llegó a casa de un feligrés que no tenía ninguna simpatía por el pa'i ni por la iglesia, para pedir su colaboración en favor de los más necesitados. Pero por más que le explicó sobre los alcances de saber compartir los bienes de la tierra para el culto de Dios y los necesitados de la comunidad, éste no lo escuchó y lo echó de su casa.
Pasó el tiempo y ese mismo hombre fue a ver al padre en el despacho parroquial. Llorando le contó qhe había muerto su esposa y algunos de sus hijos, perdió sus bienes, sus cosechas y pasó un largo calvario. Entendió al fin que Dios le había reclamado lo suyo porque no supo ser generoso y desde entonces fue uno de los principales animadores de la obra del padre Julio.